La herejía es otra palabra para la libertad de pensamiento

 (Graham Greene)

 

Cartagena, ciudad fiel y leal al liberalismo español, fue gravemente castigada por el rey Fernando VII, aliado de Napoleón, quitándole la capitalidad de provincia que tenía otorgada desde hacía más de un siglo por el rey Carlos III.

Profundizar en los hechos que dieron lugar al alzamiento cantonal es fundamental para explicar algunos de los sucesos que podrían haberse evitado. La situación en España era un desconcierto: malos dirigentes en Madrid, un estado obsoleto, una deuda pública muy elevada, la perdida de las colonias de ultramar, las guerras carlistas, y un pueblo que se tenía que enfrentar a sus conciudadanos en vez de hacerlo del que en realidad era su verdadero enemigo.

El rey Amadeo de Saboya en su discurso de renuncia al trono, un 11 de febrero de 1873, dejaba entrever la impotencia que sentía ante un estado profundamente inconsciente, dirigido de manera imprudente por unos políticos que más parecían fomentar la guerra que el hecho de reformar y fortalecer el pueblo. La que fuera potencia mundial reconocida durante tres siglos, sin contar con los tirones que le dieron a la historia, estaba ahora inmersa en un oscuro laberinto de rencores y acritud.

Fue entonces, cuando aquel día 12 de julio de 1873, estalló la Revolución Cantonal en Cartagena, revolución que terminaría extendiéndose por Valencia, Alicante, Cádiz y Málaga. Este movimiento, partidario de un modelo federal, consistía en fundar una serie de cantones (territorios o comarcas) independientes que podrían solaparse en una coalición más amplia siguiendo el modelo suizo.

Cuando hablamos del Cantón de Cartagena no se suele aludir a la defensa del sufragio universal; ni a la consideración de la pena de muerte  como “indigna de la condición humana”; ni al anhelo de regeneración de la política; ni a la separación Iglesia-Estado; ni su oposición al carlismo y al Antiguo Régimen con todo lo que él implica (Inquisición, diezmos, gremios, venta de propiedades compradas por los liberales…); ni a su defensa de la Libertad (de palabra, de asociación, de prensa, de cultos); ni al sueño de proyección universalista (¡Viva la Revolución Universal!); ni al desarrollo de juicios públicos con jurado; ni al establecimiento del derecho al divorcio; ni a la publicación de las cuentas sobre los gastos de la Junta de Salvación; ni de su propuesta de educación gratuita, elemental y obligatoria (en momentos en los que el 80 % de la población española era analfabeta)…

El ‘federalismo’ defendido por los cantonales es un claro antecedente de la descentralización practicada en el actual ‘Estado de las Autonomías’; murcianos y cartageneros se oponían al ‘estómago insaciable de Madrid’. ¿Por qué en Cartagena -o mejor aún- en toda la Región, no hemos de conmemorar estas aportaciones a la política nacional?

2Es+Cultura organiza el Ciclo “Recuerdos de 1873” del 1 al 12 de julio, una serie de actos con citas a la Historia, contadas por personas representativas de toda la sociedad de nuestra Región, que se divulgarán por redes sociales y con las que se conmemorará el 147º aniversario de la Proclamación del Cantón de Cartagena el próximo 12 de julio. La propuesta, alejada de intencionalidad política, pretende conmemorar un hecho histórico que forma parte de la identidad de nuestra Cartagena, la Región del Sureste y España,  reconociendo errores del pasado y rescatando uno de los momentos más conocidos de nuestra memoria. Una acción de empatía y reconocimiento como otras muchas que ha experimentado Cartagena en los últimos años, con la intención de abrir las puertas del futuro que merecemos. Un futuro basado en el respeto, la solidaridad y la convivencia con nuestra Historia y Patrimonio.