QARTAYANNA AL-HALFA

Durante años, cuando hablábamos de la Cartagena andalusí lo hacíamos de un asentamiento pequeño y sin importancia que los árabes no habían sabido aprovechar. Sin embargo a raíz de una serie de descubrimientos y estudios que se han ido realizando en los últimos años la imagen de la ciudad en época altomedieval ha cambiado rotundamente. Las fuentes históricas que hablan de la ciudad en época islámica, como Hazim al-Qartayanni, autóctono de Cartagena, al-Udri, al-Isidri o Ibn Hawqal,  nos aportan una información escasa y poco precisa. Pero el elemento geográfico es el rasgo común que todos los autores utilizan a la hora de hacer mención de Cartagena desde el siglo X.

La posición geoestratégica de la ciudad la sitúa como uno de los puertos más importantes del sureste peninsular y hace que se posicione como uno de los principales enclaves de los itinerarios comerciales del Mediterráneo occidental. Cartagena será denominada como Qartayanna o Qartayanna al-Halfa, y se configurará desde el siglo X como una medina plenamente integrada en el ámbito territorial y administrativo de la región del sudeste o Tudmir. La reactivación de la actividad portuaria en la ciudad durante el periodo omeya hace que Cartagena se integre en las rutas de viajes y actividades comerciales que conectaban el levante peninsular con África. Éste factor es fundamental para el desarrollo del antiguo enclave urbano y el aumento demográfico que en estas fechas va a experimentar. Más tarde, en el siglo XII, cuando la Taifa murciana ante las conquistas de los nobles castellanos se presenta como territorio fronterizo, Cartagena se consolida como el principal puerto del sureste con capacidad suficiente para albergar la flota africana, y como una ciudad plenamente desarrollada dotada de infraestructuras necesarias para acoger figuras de gobierno tan importantes como los valís. En el siglo XIII, cuando el emir de la Taifa de Murcia Ibn Hud al-Dawla firma el tratado de Alcaraz por el que rinde vasallaje a la corona castellana en el año 1243, Cartagena junto con Lorca, Orihuela y Mula, se sublevaría proclamando su independencia. Poco se conoce de la ciudad en estos años hasta ser conquistada en el 1245 por el Infante Alfonso, futuro Alfonso X, salvo que debió contar con un perímetro de defensas amuralladas importante con al menos dos puntos vulnerables, pues la ciudad fue conquistada en el primer asalto conjunto de la infantería terrestre y la flota del Cantábrico de la corona castellana.

Por otro lado, a la hora de dibujar como sería el núcleo urbano de Qartayanna debemos hacerlo a través de una visión general, puesto que las intervenciones arqueológicas que han sacado a la luz datos y fases de poblamiento islámico en la ciudad son muy tempranas, y simplemente nos permiten realizar un esbozo de lo que podría haber sido la urbe. La ciudad ocupaba el cerro de la Concepción, el más alto y cercano al pueblo, y estaba rodeada por una muralla alrededor de la cual se situaban arrabales. En la parte más elevada del cerro se encontraba la Alcazaba levantada en el siglo XII, Y que debió tener al menos dos recintos, el Alcázar en la parte superior, y otro inferior con dos grandes espacios al este y oeste separados por un muro perpendicular que los unía con una puerta. La parte occidental de la Alcazaba se comunicada a través de una puerta principal flanqueada por dos torreones con un Arrabal amurallado, donde posiblemente estuviese localizada la Mezquita, y desde el cual se podía descender al puerto. El espacio oriental daba acceso al exterior del perímetro fortificado de la medina, donde todavía permanecían visibles las ruinas del viejo anfiteatro romano. El poblamiento de la ciudad no se puede calcular con exactitud, pero debió ronda una decena de millar de habitantes. Respecto al campo de Cartagena, son muchos los topónimos que se prestan a diversas interpretaciones y que pudieron tratarse de lugares importantes para el entorno de Qartayanna. “Qubbas” debe destacarse por su relación con un topónimo de origen latino y que debió está relacionado con el abastecimiento de agua que conoceríamos como “Fuente Cubas”; “Burtuman” con Portman; Taraf al Qaqtal como Cabo de Palos; o Al-Zawiya con La Azohia.

Las investigaciones acerca de la Cartagena andalusí deberán proseguir. Sólo la aparición de nuevas fuentes árabes podrá permitirnos realizar un acercamiento más verídico a lo que fue la ciudad islámica.

Bibliografía:

GUILLERMO Martínez, M. Cartagena Medieval. Museo del Teatro Romano Cartagena. 2014. 114 pp.

MAS García, J. Alta Edad Media. Siglos V al XIII. “Historia de Cartagena”. Tomo VI. Ediciones Mediterráneo. 1986. 510 pp.

NEGUERUELA Martínez, I. Cartagena (Qartayanna al-Halfa). Propuestas sobre la Alcazaba del Castillo de la Concepción y su pasado musulmán. Ed. Aglaya. 2007. 314 pp.

VALLVÉ Bermejo, J. Nuevas ideas sobre la conquista árabe de España : toponimia y onomástica. Real Academia de la Historia.1989. 205 pp.

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